Llueven cenizas, y el cielo está despejado,
Se oyen lamentos, y solo se escuchan los coches y las gaviotas,
Hay miseria, y la gente tan contenta en las fiestas.
Podemos vivir bajo el umbral de la pobreza, que el país no es lo
suficientemente valiente como para alzar armas contra el Estado.
La religión da consuelo y esperanza, pero la verdad no trae dinero.
Las quejas se quedan de boca para afuera, y no hay mano que se
levante en acción.
Los problemas no se resuelven protestando, las palabras se las lleva
el viento y no llegan ni para un recuerdo.
Conocemos a los terroristas, a los malos y a los peores, pero la
cárcel es para ellos unas vacaciones de cinco estrellas.
La justicia tiene unos honores que ya hace tiempo perdió de su
ética, y el vulgo no se digna a una guerra civil.
Veo la esperanza en los ignorantes, ignorantes porque ignoran a
conciencia.
Familias destruidas y nuestros niños, desnutridos y en graves depresiones.
Los demonios ya tienen su jolgorio a costa de los más débiles.
Un país surrealista que tiene millones para solventar problemas
ajenos y sus cuentas, pero no el hambre de nuestro pueblo.
La crisis donde sufren los cínicos y la padecen los inocentes.
Tenemos el poder en nuestras manos, dejémonos de ser tan hipócritas.
¡Luchemos todos unidos, luchemos contra esta cruda realidad! 28V12
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