He
escuchado muchas veces, poniendo la oreja en otras conversaciones, que una
Geisha es esto, o que si es lo otro… Personas en las que luego me he fijado que
no tienen ni un mínimo de cultura y se saben con la verdad. No soy una persona
que defienda unos argumentos de los que no me haya cultivado de algún modo
anteriormente, es más, reconozco cuando no manejo o soy ignorante en algún
tema.
Por
eso, me he interesado en hacer este artículo sobre este tema en concreto: las
Geisha. Para “culturizar” en cierto modo a ese tipo de gente, y quizás, añadir
algún dato más a las personas que ya sabían sobre el tema. De todos modos, no
es un “estudio” completo mi artículo, son características y cultura general
(todo sea aclarado).
Primero
antes que nada, aclaremos el mal bulo que ronda por muchas cabezas. ¿Geisha =
prostituta? Nada más lejos de la realidad… Esta relación podría haberse dado
por la novela Memorias de una Geisha
donde se subastaba al mejor postor el Misshuague (virginidad) de la Maiko
(aprendiz de Geisha). Está más que comprobado que las Geishas no venden su
virginidad, más porque tienen una vida fuera de dicho rol. Y así como dice
Sayuri, el personaje principal de Memorias
de una Geisha, el cliente no podría pagarlo… Lo que sí ocurrió fue que,
durante la segunda guerra mundial, miles de Geishas huyeron y/o dejaron la
profesión, y así fue como muchas prostitutas aprovecharon para hacerse pasar
por Geishas antes los americanos. De ahí el origen del malentendido.
Luego, ¿qué es la Geisha? La Geisha es una artista, es Arte en movimiento, Arte centenario.
Antiguamente su origen era mayormente masculino, se les llamaba Hokan o
Taikomochi, y Onna Geisha (Geisha mujer), eran profesionales del
entretenimiento. Las Machi (Geisha de ciudad) trabajaban de forma independiente
fuera de los barrios del placer, las Kuruwa (Geisha de barrio) lo hacían dentro
de estos. A principios del siglo XIX las Geisha femeninas aumentaron su número,
declinando la demanda masculina, por lo que terminó usándose el término
“Geisha” para referirse a la mujer con diversas habilidades para el
entretenimiento.
Originalmente
las Geisha comenzaban su entrenamiento a muy corta edad, solían ser niñas
vendidas a las casa de Geisha, niñas de familias muy pobres como pescadores o
campesinos cuya familia prefería procurarles un mejor futuro que el de sus
mayores. Las jóvenes Shikomi (aspirantes) eran las encargadas del
mantenimiento, la limpieza, servicio y los recados. Las Okiyas (casas de
Geisha) estaban situadas en áreas denominadas Hanamachi (calle de flores); hoy
en día, muchas Geishas viven en sus propios apartamentos, aunque aun las hay
viviendo en Okiyas. Las Shikomi trabajan como criadas o asistentes de las
Geishas más experimentadas, y a su vez asistían a la escuela de Geisha donde
comenzarían su instrucción en las distintas artes que ha de dominar, allí
recibirían una estricta educación. Actualmente, las japonesas pueden acabar sus
estudios secundarios y/o universitarios para luego dedicarse plenamente a su
formación como Geisha.
Incluso
hoy en día, se estudian estas artes:
·
el Shakuhachi
(flauta de bambú)
·
el Taiko
(tambor)
·
canciones tradicionales
·
baile japonés clásico
·
literatura
·
poesía.
A usted podrá parecerle una lista muy corta de artes, pero en realidad,
cada apartado tiene su tiempo, sus conocimientos, habilidades y especialidades.
Y para dominar cada una de estas se requiere mucho tiempo y esfuerzo.
Una vez la Shikomi aprueba un examen de danza, entra como Miranai, cuya
función es aprender por la vista y en silencio; la niña es llevada a fiestas y
debe imitar a su Onee-San (hermana mayor), se pinta solo el labio inferior de
rojo y su Obi es la mitad del ancho de su Kimono. Después de dos meses, la
Miranai se convierte en Maiko. La aprendiz según crece, su vestimenta se vuelve
más discreta hasta que se celebra su Erikae (cambio de cuello), es cuando se
cambia el cuello del kimono de roja o a blanco, que es el momento cuando se
transforma en una Geisha veterana.
Como dije anteriormente, las Geishas son Arte en
movimiento, por lo que debían mantener una imagen perfecta, debidamente
vestida, y para ello tenían que tener un guarda ropa elegante y variado según
la estación, las celebraciones y la ocasión. Antiguamente los Kimonos eran
creaciones únicas sumamente valiosas en diseño y material, por lo que una
Geisha no podía costeárselos, así que estos pertenecían a la Okiya. Cuando
vestían esos kimonos, se visualizaban como magníficas, para proyectar esa
imagen al exterior. Una verdadera Geisha puede conseguir parar en
seco aun hombre con solo una mirada.
Había gran competitividad entre las Geishas, no solo entre barrios, incluso
en la misma Okiya. Si dos Geishas tenían cada una a su cargo unas aprendizas,
una de estas podía ordenarle a su hermana menor que no le dirigiese la palabra
a su amiga por el simple hecho de que ya, siendo aspirantes, ya son rivales.
Podían destruirse entre ellas arrebatando clientes, desperdigando malos bulos,
dejando en ridículo, etc. Era como una sutil pero letal lucha.
Las
Geishas no son ni cortesanas ni esposas, venden su destreza, no su cuerpo. Las
artes que aprende una Geisha son la música, la danza tradicional y el arte de
la conversación, son bases de la que una Geisha dispone para tratar de atraer a
un Danna. Un Danna o cliente habitual, suele ser un hombre adinerado, muchas
veces casado, que avala a la Geisha y tiene recursos financieros para cubrir su
entrenamiento y/u otros gastos. Una Geisha puede estar enamorada se su Danna y
ser recíproco, pero dicha relación está sujeta a la capacidad que tenga el
Danna de entregar cierto aporte financiero.
Las
Geisha suelen ser contratadas para asistir a fiestas y encuentros en las
tradicionales Chaya (casa de té) o Riotei (restaurantes japoneses
tradicionales). Dentro del arte del entretenimiento, pueden incluirse los
coqueteos o bromas sugerentes dentro del código de maneras tradicionales, pero
no ello incluye tener actividad sexual con el cliente; como ya aclaré al
principio, las Geishas no venden su cuerpo, no son prostitutas, pero tienen una
vida fuera del rol de geisha, por lo que si deciden tener alguna relación por
el estilo, siempre es fuera de dicho rol. Las Geishas miden su tiempo según el
tiempo que tarde en consumirse un palo de incienso.
Para
finalizar con este pequeño artículo de cultura general sobre las Geisha: en el
actual Japón, es bastante inusual ver Geishas y Maikos a
causa de la economía ralentizada, el poco interés en sus tradiciones
artísticas, la naturaleza del mundo de las flores y el sauce, y sobre todo, el
coste de los servicios de una Geisha, contribuyen al decline de esta centenaria
tradición. En los años 20 habían unas 80.000 Geishas en el Japón, actualmente
hay unas 1.000 aproximadamente. De todos modos, en el distrito de Gion (Kioto)
se podría observar alguna Maiko regresando de una cita, o por las calles.
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