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4 jul 2012

Cultura general respecto a una Geisha


He escuchado muchas veces, poniendo la oreja en otras conversaciones, que una Geisha es esto, o que si es lo otro… Personas en las que luego me he fijado que no tienen ni un mínimo de cultura y se saben con la verdad. No soy una persona que defienda unos argumentos de los que no me haya cultivado de algún modo anteriormente, es más, reconozco cuando no manejo o soy ignorante en algún tema.

Por eso, me he interesado en hacer este artículo sobre este tema en concreto: las Geisha. Para “culturizar” en cierto modo a ese tipo de gente, y quizás, añadir algún dato más a las personas que ya sabían sobre el tema. De todos modos, no es un “estudio” completo mi artículo, son características y cultura general (todo sea aclarado).

Primero antes que nada, aclaremos el mal bulo que ronda por muchas cabezas. ¿Geisha = prostituta? Nada más lejos de la realidad… Esta relación podría haberse dado por la novela Memorias de una Geisha donde se subastaba al mejor postor el Misshuague (virginidad) de la Maiko (aprendiz de Geisha). Está más que comprobado que las Geishas no venden su virginidad, más porque tienen una vida fuera de dicho rol. Y así como dice Sayuri, el personaje principal de Memorias de una Geisha, el cliente no podría pagarlo… Lo que sí ocurrió fue que, durante la segunda guerra mundial, miles de Geishas huyeron y/o dejaron la profesión, y así fue como muchas prostitutas aprovecharon para hacerse pasar por Geishas antes los americanos. De ahí el origen del malentendido.

Luego, ¿qué es la Geisha? La Geisha es una artista, es Arte en movimiento, Arte centenario. Antiguamente su origen era mayormente masculino, se les llamaba Hokan o Taikomochi, y Onna Geisha (Geisha mujer), eran profesionales del entretenimiento. Las Machi (Geisha de ciudad) trabajaban de forma independiente fuera de los barrios del placer, las Kuruwa (Geisha de barrio) lo hacían dentro de estos. A principios del siglo XIX las Geisha femeninas aumentaron su número, declinando la demanda masculina, por lo que terminó usándose el término “Geisha” para referirse a la mujer con diversas habilidades para el entretenimiento.

Originalmente las Geisha comenzaban su entrenamiento a muy corta edad, solían ser niñas vendidas a las casa de Geisha, niñas de familias muy pobres como pescadores o campesinos cuya familia prefería procurarles un mejor futuro que el de sus mayores. Las jóvenes Shikomi (aspirantes) eran las encargadas del mantenimiento, la limpieza, servicio y los recados. Las Okiyas (casas de Geisha) estaban situadas en áreas denominadas Hanamachi (calle de flores); hoy en día, muchas Geishas viven en sus propios apartamentos, aunque aun las hay viviendo en Okiyas. Las Shikomi trabajan como criadas o asistentes de las Geishas más experimentadas, y a su vez asistían a la escuela de Geisha donde comenzarían su instrucción en las distintas artes que ha de dominar, allí recibirían una estricta educación. Actualmente, las japonesas pueden acabar sus estudios secundarios y/o universitarios para luego dedicarse plenamente a su formación como Geisha.

Incluso hoy en día, se estudian estas artes:
·                     el Shamisen
·                     el Shakuhachi (flauta de bambú)
·                     el Taiko (tambor)
·                     canciones tradicionales
·                     baile japonés clásico
·                     Sadō (ceremonia japonesa del té)
·                     Ikebana (arreglos florales)
·                     literatura
·                     poesía.

A usted podrá parecerle una lista muy corta de artes, pero en realidad, cada apartado tiene su tiempo, sus conocimientos, habilidades y especialidades. Y para dominar cada una de estas se requiere mucho tiempo y esfuerzo.

Una vez la Shikomi aprueba un examen de danza, entra como Miranai, cuya función es aprender por la vista y en silencio; la niña es llevada a fiestas y debe imitar a su Onee-San (hermana mayor), se pinta solo el labio inferior de rojo y su Obi es la mitad del ancho de su Kimono. Después de dos meses, la Miranai se convierte en Maiko. La aprendiz según crece, su vestimenta se vuelve más discreta hasta que se celebra su Erikae (cambio de cuello), es cuando se cambia el cuello del kimono de roja o a blanco, que es el momento cuando se transforma en una Geisha veterana.


         Como dije anteriormente, las Geishas son Arte en movimiento, por lo que debían mantener una imagen perfecta, debidamente vestida, y para ello tenían que tener un guarda ropa elegante y variado según la estación, las celebraciones y la ocasión. Antiguamente los Kimonos eran creaciones únicas sumamente valiosas en diseño y material, por lo que una Geisha no podía costeárselos, así que estos pertenecían a la Okiya. Cuando vestían esos kimonos, se visualizaban como magníficas, para proyectar esa imagen al exterior. Una verdadera Geisha puede conseguir parar en seco aun hombre con solo una mirada.

Había gran competitividad entre las Geishas, no solo entre barrios, incluso en la misma Okiya. Si dos Geishas tenían cada una a su cargo unas aprendizas, una de estas podía ordenarle a su hermana menor que no le dirigiese la palabra a su amiga por el simple hecho de que ya, siendo aspirantes, ya son rivales. Podían destruirse entre ellas arrebatando clientes, desperdigando malos bulos, dejando en ridículo, etc. Era como una sutil pero letal lucha.

Las Geishas no son ni cortesanas ni esposas, venden su destreza, no su cuerpo. Las artes que aprende una Geisha son la música, la danza tradicional y el arte de la conversación, son bases de la que una Geisha dispone para tratar de atraer a un Danna. Un Danna o cliente habitual, suele ser un hombre adinerado, muchas veces casado, que avala a la Geisha y tiene recursos financieros para cubrir su entrenamiento y/u otros gastos. Una Geisha puede estar enamorada se su Danna y ser recíproco, pero dicha relación está sujeta a la capacidad que tenga el Danna de entregar cierto aporte financiero.

Las Geisha suelen ser contratadas para asistir a fiestas y encuentros en las tradicionales Chaya (casa de té) o Riotei (restaurantes japoneses tradicionales). Dentro del arte del entretenimiento, pueden incluirse los coqueteos o bromas sugerentes dentro del código de maneras tradicionales, pero no ello incluye tener actividad sexual con el cliente; como ya aclaré al principio, las Geishas no venden su cuerpo, no son prostitutas, pero tienen una vida fuera del rol de geisha, por lo que si deciden tener alguna relación por el estilo, siempre es fuera de dicho rol. Las Geishas miden su tiempo según el tiempo que tarde en consumirse un palo de incienso.

Para finalizar con este pequeño artículo de cultura general sobre las Geisha: en el actual Japón, es bastante inusual ver Geishas y Maikos a causa de la economía ralentizada, el poco interés en sus tradiciones artísticas, la naturaleza del mundo de las flores y el sauce, y sobre todo, el coste de los servicios de una Geisha, contribuyen al decline de esta centenaria tradición. En los años 20 habían unas 80.000 Geishas en el Japón, actualmente hay unas 1.000 aproximadamente. De todos modos, en el distrito de Gion (Kioto) se podría observar alguna Maiko regresando de una cita, o por las calles.

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