En realidad, no puedo decir que me conformaría con una
caricia tuya; te estaría mintiendo, porque de hecho te necesito y necesito de
tu aliento.
Sentirlo y sentirte, dentro y fuera, en carne y alma.
No me es suficiente con imaginarte o imaginarnos. Te necesito cerca, a mi lado
o en mi regazo, daría lo mismo con tal de saber que compartimos un mismo
camino.
No sé cómo eres ni quién eres en verdad, lo que sí sé
es que te aguardo impaciente desde hace ya tiempo. Pues, ¿de qué sirve la
experiencia si no se te da la oportunidad de compartirla con quien realmente se
lo merece?
No es solo mi lecho el que te anhela, es mi corazón y
mi pensamiento. ¿Por qué te haces de rogar en esta vida? ¿Cuánto más he de
esperar?
Me siento como la mesa que le faltan dos patas para
sostenerse y ser algo útil. A veces creo verte, pero desconfío de mis ilusiones
e imaginación. Dudo tener poder alguno de premonición, un tanto absurdo como
estúpido el pensar no tenerlo.
Sería más estúpido de tu parte, o por de quién o qué,
que se nos haga de esperar. ¿Un poco más de madurez quizá? Dejémonos de ser tan
cansinos en esta vida. Quiero lo que por ley divina ha de serme entregado, ni
más ni menos.
Solo Dios y yo sabemos lo que necesito. Y te necesito
a ti, Amor.
12.V.12
No hay comentarios:
Publicar un comentario